En Hell in a Cell, Edge continuó su batalla en contra de la "estupidez" en la WWE, humillando a Alberto Del Río y derrotando al ex Campeón Mundial de los pesos pesados Jack Swagger.
Del Río llegó a su primera participación en un PPV a lo grande, entrando en el American Airlines Center de Dallas en un brillante Rolls Royce. La sonriente superestrella no perdió el tiempo y cogió el micrófono para presumir delante de los aficionados de la WWE de lesionar a Rey Mysterio y Christian en las últimas semanas, para dedicarse después a exponer detenidamente por qué es mejor que los demás.
No hubo que esperar mucho tiempo antes de que Edge hiciera su aparición en escena, después de asegurar que ya había oído suficientes tonterías por parte de la aristocrática superestrella. Apenas dos días después de regresar a SmackDown, donde tumbó a la mascota personal de Swagger, el Último Oportunista interrumpió el entusiasta homenaje que Del Río se estaba dedicando a sí mismo para enfrentarse a otro de los que él considera "estúpidos" que rodean el circuito.
Todavía enojado por las acciones de Edge en la noche del viernes, Swagger se unió a la refriega y las cosas rápidamente se volvieron inestables.
Antes de que las aguas volvieran a su cauce, el anónimo Director General de Raw intervino. A través de un correo electrónico leído por el locutor Michael Cole, la máxima autoridad de los lunes informó que Edge debería disculparse en directo, y que le iba a colocar en un combate improvisado contra el "más americano de los americanos" para que se pensara mejor las cosas antes de hablar.
Pero a pesar de los intensos esfuerzos por parte de Swagger (que intentó desesperadamente superar a su rival con su infame bloqueo de tobillo), el nueve veces campeón del mundo rugió de nuevo, pasando por encima del bocazas de su contrincante con un estremecedor spear.
¿Pedirá disculpas Edge al Director General de Raw como éste le ha exigido? ¿O también considerará la idea como "estúpida"? La respuesta, este lunes.
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